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Resistiremos

“Se te ha vuelto adictivo la conquista de la mujer por la adrenalina que destilas cuando lo logras.  Te excitas, tus pupilas se dilatan, piensas con más lucidez, la sangre fluye por tus venas; tienes energía, fuerza, euforia, sonríes.  Aprovechas cualquier ocasión, así sea la más mínima, en el lugar más inoportuno: quieres más, cada vez más.”

“Resistiremos. La amenaza hipermoderna” trata de la lucha por defender la libertad humana en medio de la aceleración del narcisismo, la ansiedad y la depresión colectiva que provoca la hipervigilancia de la inteligencia artificial a la vida hipermoderna. La protagonista, Li Berté, joven idealista programadora de algoritmos, se enfrenta al acoso sexual de su jefe, Damián Narcís, director del ABC, la Agencia del Buen Comportamiento encargada de la vigilancia digital para manipular emociones y predecir decisiones sobre qué consumir, con quien relacionarse y por quién votar para lograr el “buen comportamiento social”.  Supera la frustración de la impunidad del acoso y crea LIBERGITAL, un movimiento de lucha contra la vigilancia y violencia digital.  Decide enfrentar el proyecto del DHI, dispositivo hiperinteligente, sustituto del smartphone que se inserta por debajo de la piel del antebrazo y permite recibir y transmitir videollamadas y mensajes en redes sociales así como las variaciones en la presión arterial, la temperatura, el ritmo cardíaco, la actividad cerebral, secreciones hormonales y cambios emocionales ante cualquier estímulo externo, instrumento que facilitaría la manipulación de emociones y predicción de conductas de consumo de las personas. Li Berté, en medio de la muerte por depresión de su madre y de la ofensiva narcisista de Damián Narcís, organiza con valor y perseverancia la resistencia colectiva para defender su ingenua, pero indestructible voluntad de conservar la libertad humana.

ADQUIÉRELO EN:
“Un dolor repentino en su estómago, parecido a un puñetazo inesperado, hace que volteé su cara, levante la vista y alcance a ver cómo lo miras partir, confundido y ansioso.  Ves que suda, sus piernas le tiemblan y un par de lágrimas, solitarias igual que él, son su único consuelo; le brotan con irreverencia en los ojos, nublan su vista y salan su aliento. Sin poder sostenerte la mirada baja la cabeza, cruza la puerta y, sin decirte ni una sola palabra, empieza a caminar con lentitud hacia su incierto destino.”
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